Caso Juana: el feminismo ideológico de mi partido contra el Estado de derecho - Adolfo Alonso (PSOE)
Hoy reproducimos el valiente articulo publicado por Adolfo Alonso militante del PSOE y abogado de Francesco Arcuri. Una nueva voz que denuncia el secuestro ideológico que se produce en las organizaciones de izquierdas (en su caso el PSOE) en todo lo referente a las Custodias y el oscuro papel de las organizaciones feministas en los procesos de divorcio.
Adolfo Alonso 1
septiembre, 2017 - El español
Cuando escribo estas líneas, estoy aún montado en pleno
caballo desbocado, por todo lo vivido durante aproximadamente 45 días, en el
caso de doña Juana Rivas. Durante todo ese tiempo, incluso más, me ha
correspondido estar en mi función de abogado de Francesco Arcuri. He
intervenido en muchos medios, realizado muchas declaraciones, escrito
artículos, pero siempre desde dos perspectivas: la primera, el ejercicio de la
defensa en el juicio paralelo que los medios organizaron; la segunda, desde la
perspectiva de abogado en ejercicio de un derecho fundamental del señor Arcuri,
en sede judicial. El más duro ha sido el tribunal popular y los carteles de
Juana está en mi casa.
En esta resaca aún en la que me encuentro y aunque sea a
vuela pluma, voy a escribir por primera vez dejando al margen la toga, que
siempre ha prevalecido en mí como símbolo de mi juramento constitucional y mi
compromiso con el Estado de derecho, y poniéndome el color rojo de mi partido.
Voy a hablar en estos momentos de política. Sí, pertenezco al mismo partido que
el alcalde de Maracena, que la directora del Centro de la Mujer de Maracena, y
que la presidenta de la Junta de Andalucía, y demás miembros del Gobierno
andaluz.
Voy a opinar, pues, políticamente, como ciudadano de a pie
y como socialista con sensibilidad social. Porque en este caso se han dado dos
corrientes intrahistóricas, al menos, que no han sido objeto de atención por
parte de los medios, pero que tienen su trascendencia social. En ambos lados de
la batalla hemos estado socialistas: en uno yo, solo, abandonado por mi organización,
ignorado y sin una llamada de teléfono para preguntar la versión del señor
Arcuri. Éramos los hombres del problema, y como tal ni se nos creía, lo
teníamos todo en contra.
Nadie de mi partido, ni del mundo político o institucional
preguntaba, ni siquiera el presidente de Gobierno, el señor Rajoy, ni la
presidenta de la Junta, Susana Díaz, grave error e irresponsabilidad política.
Aunque todos opinaban..., y lo hacían a partir de los conceptos políticos de
mujer, madre o hijos, y no de los conceptos políticos de igualdad, respeto al
honor y a la intimidad o Estado de derecho. Los conceptos hombre, padre o hijos
han sido postergados en los análisis políticos por un feminismo ideológico que
se cree tan fuerte que pensó en poder ganar un pulso al Estado de derecho, tan
solo por el hecho biológico de ser mujer y por la alegación de la violencia de
género.
Se ha manejado una sentencia del año 2009, pero ¿es que
nadie tiene derecho a olvidar su pasado y, sobre todo, no existe el derecho de
todo el mundo a que su pasado no condicione su presente como una mancha
extrapolable? Manejamos conceptos de reinserción en la sociedad que se quedan
vacíos de contenido a la primera función utilitaria feminista. ¿Es que los
hijos no tienen derecho a tener unos padres de carne y hueso con sus errores de
pasado y de presente, Juana y Francesco, por ejemplo, para poder tener un
futuro?
La política de este caso no es la política feminista que se
ha intentado utilizar ni la utilización de la posibilidad de violencia de
género, como criterio político, elevado a verdad jurídica absoluta, ultima
ratio, para imponer al Estado de derecho. La política que debe hacerse desde
los partidos, y en especial desde el Partido Socialista es una política de
equilibrio entre géneros, no una política feminista absoluta meramente
programática, que propugne no una igualdad real sino una nueva forma de
discriminación legal, social, y de género.
Esta política populista ha estado sobrevolando todo este
caso, potenciada por la Junta de Andalucía, que llegó a ofrecer ayuda jurídica;
sin embargo, desde el socialismo es posible otra visión de las cosas, como la
que quien esto firma ha tratado de poner en práctica. Esto de tener socialistas
a ambos lados de esta batalla es un valor y un aporte para la política
partidista y para los ciudadanos.
Voy a concluir con el segundo apunte intrahistórico y que
lleva a la ruptura de la generalización del concepto las mujeres. Este no solo
ha sido un caso entre socialistas, en uno y otro lado, sino que ha sido un caso
de mujeres, porque Juana es mujer, Francisca es mujer, Susana es mujer -y
pedirá el voto de los hombres a los que a la primera abandonó políticamente-;
pero los Juzgados que han tenido la clave del Estado de derecho en sus manos
están desempeñados también por mujeres, así como la representante del
Ministerio Fiscal interviniente. Aquí tenemos un nuevo feminismo silenciado,
para valoración política. Frente al feminismo de quien necesita ser mujer y
esgrimirlo, tenemos el feminismo natural de quien siendo mujer no lo necesita,
por ser prioritariamente persona, y cumple con su deber sin alardear ni de su
condición ni de su género.
valiente exposicion!!
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